> EVOLUCI²N
DE LA AGRICULTURA
EL
MODELO ACTUAL.
Hace unos
10.000 aÒos nuestros antepasados, que subsistÌan a partir
de la caza, la pesca y la recolecciÛn de frutos silvestres, comenzaron
a domesticar animales y a cultivar algunos cereales, eran los principios
de la agricultura. Con el tiempo se ampliÛ el n™mero de
especies cultivadas, se seleccionaron variedades adaptadas a las condiciones
locales y a los usos y costumbres de la zona, se mejoraron las tÈcnicas
de cultivo y se desarrollaron herramientas y productos. Fue una evoluciÛn
lenta pero constante, basada en la experiencia y en los errores, en
la que las caracterÌsticas ecolÛgicas y culturales de
cada lugar eran fundamentales y habÌa una estrecha relaciÛn
entre las ciudades y el campo. Es a mediados del siglo XIX cuando, al
establecerse las bases de la quÌmica agraria, se abre el paso
a la utilizaciÛn de los abonos quÌmicos, primero con la
comercializaciÛn a nivel mundial del 'guano' del Per™
y del Nitrato de Chile y despuÈs con los abonos de sÌntesis
que llevaron al abandono de la fertilizaciÛn org·nica
para centrarse en el aporte de unos pocos elementos minerales.
A los abonos
se suma pronto el motor de explosiÛn que facilitan la mecanizaciÛn
y, con ella, la intensificaciÛn y un exceso de especializaciÛn
que conducen a la generalizaciÛn de los monocultivos.
En 1938
se inicia con el DDT la creaciÛn de fitosanitarios de sÌntesis,
seguida despuÈs con la amplia gama de insecticidas, herbicidas,
fungicidas, … y dem·s biocidas puestos hoy a disposiciÛn
de la agricultura.
En los
aÒos 40 y 50 la agricultura tradicional, que venÌa realiz·ndose
en muchas zonas sin grandes cambios tecnolÛgicos, sufre una crisis
debido a la bajada de precios de los productos agrarios. Los salarios
de la industria aumentaron y se produjo un Èxodo de trabajadores
del campo a las ciudades, en la agricultura permanecen aquellos que
reducen los costes y la mano de obra a travÈs de la mecanizaciÛn
y los agroquÌmicos.
Posteriormente
se generaliza la creaciÛn de nuevas variedades, desarrolladas
en unos pocos centros de investigaciÛn en todo el mundo, son
variedades de alta producciÛn pero dependientes del aporte de
grandes cantidades de insumos externos (abonos, plaguicidas, etc) y
totalmente desligadas de las condiciones, tanto ecolÛgicas como
culturales, de la zona de cultivo.
La RevoluciÛn
Verde se llevÛ por delante una gran variedad de modelos de producciÛn
agraria adaptados a cada zona para generalizar un ™nico modelo
en todo elmundo que conlleva una serie de nuevos problemas. Los grandes
cambios que se han dado en los ™ltimos 50 aÒos no han
tenido en cuenta hasta donde podrÌan llegar sus repercusiones.
Se ha llegado a un importante aumento de la producciÛn agraria
que, muy alejada de acabar con el hambre en el mundo, lleva ahora aparejadas
toda una serie de problemas d car·cter ambiental, sanitario,
tÈcnico y social.
Se alzaron
voces como la de Rachel Carson con su libro 'Primavera silenciosa',
que advertÌan de las consecuencias de este sistema de producciÛn,
pero en general los avisos no fueron atendidos, continu·ndose
con el mismo modelo, al que ahora se aÒade una nueva incÛgnita:
los alimentos transgÈnicos.
En la actualidad,
estamos viendo y viviendo las consecuencias derivadas de la sobrexplotaciÛn
y contaminaciÛn del medio: crisis cada vez m·s frecuentes
como la da las vacas locas o la carne con dioxinas, contaminaciÛn
de pozos cuya agua ya no se puede beber, problemas de intoxicaciÛn
por la aplicaciÛn de productos quÌmicos, alergias al ingerir
residuos en los alimentos, costes energÈticos cada vez mayores,
…
En su momento
se pensaba que estos cambios garantizarÌan la producciÛn
de alimentos sin ning™n tipo de efecto secundario. Sin embargo
poco despuÈs se empezaron a detectar los problemas y efectos
no deseados, originando movimientos que buscaron otros modelos de producciÛn
hoy agrupados en la Agricultura EcolÛgica.
AGRICULTURA,
CALIDAD DE LOS ALIMENTOS Y SALUD
En el mercado
actual øes posible alimentarse sanamente?. La contaminaciÛn
se ha generalizado en el ambiente, y en los campos agrÌcolas
se hace m·s patente con la incorporaciÛn de numerosas
sustancias quÌmicas que ponen en peligro la calidad de los alimentos.
El contenido en agua de los alimentos frescos aumenta de forma importante
con el empleo de los abonos quÌmicos, especialmente de los nitrogenados.
El exceso de agua lo pagamos a precio de las frutas u hortalizas compradas,
nuestro consumo de alimentos deber· aumentar en igual proporciÛn
y la conservaciÛn empeora debido a la mayor facilidad de pudriciÛn.
Estos mismos abonos desequilibran la nutriciÛn de las plantas,
al aportarse ™nicamente unos pocos elementos, de forma que Èsta
ve reducido su contenido en minerales como el hierro, el magnesio o
el potasio.
Adem·s, en la agricultura quÌmica se acumulan sustancias
tÛxicas en los alimentos, como nitratos y residuos de los plaguicidas,
peligrando la salud de los consumidores.
Para valorar
de forma global la calidad de los alimentos y su incidencia sobre la
salud se han realizado ensayos comparando los efectos en animales de
dietas idÈnticas, una con productos de agricultura ecolÛgica
y otra convencional, los cuales en algunos casos se han prolongado durante
varias generaciones. Los resultados son estadÌsticamente significativos
para muchos de los par·metros analizados, a favor de los animales
alimentados con productos ecolÛgicos, tanto en test de preferencia
alimentaria como en par·metros de fertilidad y de resistencia
a las enfermedades.
AGRICULTURA
Y MEDIO AMBIENTE
Los abonos
quÌmicos empleados por la agricultura convencional son la principal
causa de contaminaciÛn de las aguas dulces. El nitrÛgeno
es uno de los principales contaminantes de las aguas subterr·neas.
Las plantas aprovechan ™nicamente el 50 % del nitrÛgeno
aportado en el abonado, esto supone que el exceso de nitrÛgeno
se pierde generalmente, lavado del suelo por el agua que se filtra al
subsuelo, siendo arrastrado hacia los acuÌferos, rÌos
y embalses, contaminando, por tanto, las aguas destinadas a consumo
humano. De hecho, se seÒala que el principal factor responsable
de la contaminaciÛn de las aguas subterr·neas por nitratos
es la agricultura.
Otros abonos
son tambiÈn fuente de contaminaciÛn, especialmente los
fosfatos. La eutrofizaciÛn o muerte biolÛgica de lagos
y pantanos es debida en parte a la actividad agraria, en concreto a
los abonos aportados a los cultivos y a los residuos originados por
la ganaderÌa.
Los plaguicidas
contaminan el agua, el suelo y los alimentos, pasando a todos los seres
vivos, incluidas las personas. Sus efectos sobre la fauna silvestre
son muy variados y ponen en peligro la pervivencia de numerosas especies.
El elevado
consumo de energÌa en la fabricaciÛn y aplicaciÛn
de abonos y plaguicidas quÌmicos son otra fuente de contaminaciÛn
y agotan los recursos naturales.
AGRICULTURA
Y SOSTENIBILIDAD DEL SISTEMA PRODUCTIVO
Algunas
de las tÈcnicas de la agricultura industrializada ponen en peligro
la propia pervivencia de la agricultura. El aporte de nitrÛgeno
soluble con los abonos quÌmicos, adem·s de contaminar
alimentos y medio ambiente, hace las plantas m·s sensibles a
numerosas plagas.
El abandono
de la materia org·nica como fertilizante, al ser sustituida por
los abonos quÌmicos, conduce a un progresivo deterioro de la
estructura del suelo y de su comportamiento fÌsico-quÌmico.
El resultado es una pÈrdida de fertilidad y un mayor riesgo de
erosiÛn del suelo.
Al aumento
de la erosiÛn se suma la facilidad de eliminar la flora espontanea
con los herbicidas. Un suelo desnudo es un suelo fr·gil, en el
que la lluvia y el viento arrancar·n sus partÌculas para
arrastrarlas hasta los rÌos. La erosiÛn incide sobre las
capas m·s superficiales del suelo, precisamente las m·s
ricas y productivas.
LA
AGRICULTURA VALENCIANA
La situaciÛn
antes descrita no es ajena a la agricultura valenciana que durante los
™ltimos treinta aÒos, a pesar de ser una de las m·s
consumidoras de insumos en el continente eruopeo (tercera en consumo
de pesticidas por habitante y quinta en consumo de fertilizantes), se
ha situado como una de las m·s limitadas en cuanto a su capacidad
productiva.
Los grandes
desequilibrios ecolÛgicos presentes en nuestra zona se manifiestan
en cÌtricos, hortalizas y frutales a travÈs de enfermedades
muy agresivas de origen viral, que imposibilitan la producciÛn
de numerosas hortalizas en primavera y verano, y limitan la rentabilidad
de frutales y cÌtricos. La presencia de estos patÛgenos
obliga a desarrollar tÈcnicas muy costosas de protecciÛn:
invernaderos de mallas, injertos, tratamientos continuos, utilizaciÛn
de variedades resistentes, etc.
Esta situaciÛn
conlleva otro coste indirecto importante, como es la dificultad de poder
garantizar en los mercados la calidad de los productos, tanto en lo
referente al contenido de residuos fitosanitarios como en la adecuaciÛn
medioambiental de las pr·cticas realizadas durante el proceso
productivo.
Si, por
una parte, los altos costes empleados en la adquisiciÛn de insumos
ponen en duda la sostenibilidad econÛmica, por otra, los problemas
de contaminaciÛn y deterioro ambiental regional evidencian la
insostenibilidad ecolÛgica. Los altos niveles de erosiÛn
del suelo agrÌcola se sit™an en una media de 40 tn/ha
y aÒo. La contaminaciÛn de acuÌferos por nitratos,
que superan entre 3 y 4 veces los lÌmites de potabilidad de la
F.A.O. y, en algunos casos, por presencia de trazas de herbicidas, se
ha generalizado en la mayor parte del territorio de producciÛn
intensiva. La erosiÛn genÈtica, plasmada en la pÈrdida
irrecuperable de miles de variedades agrÌcolas de incalculable
valor, es ya una realidad sin posibilidad de vuelta atr·s. Y,
por ™ltimo, las deficiencias hÌdricas de nuestro sistema
productivo hacen cada vez m·s cuestionable la pervivencia de
los actuales modos de producciÛn y desarrollo agrario.
Y todo
ello ocurre en el marco de un territorio con una historia y una cultura
agraria milenaria, escenario de la herencia de romanos y ·rabes
en vegas, laderas y llanuras. Con una cultura modÈlica en el
saber hacer de sus agricultores, que han mantenido de forma secular
altos Ìndices de fertilidad en sus parcelas a pesar de someterlas
a ciclos de producciÛn intensiva. Saberes que crearon un sistema
agronÛmico que ha sido referencia y modelo en el mundo.
De cara
al futuro no puede pasar desapercibido que una de las bazas m·s
fuertes de nuestra agricultura, la constituye su propia estructura microparcelada,
que le confiere una extraordinaria plasticidad econÛmica y ecolÛgica.
Esta estructura, heredada de la concepciÛn agraria ajardinada
de los ·rabes, lleva aparejada una diversidad ecolÛgica
entrelazada con la diversidad cultural de un pueblo de raÌces
agrarias. DeberÌa pues tenerse en cuenta en la modernizaciÛn
de la agricultura valenciana que, adem·s de incorporar nuevas
tecnologÌas, debe salvaguardar la armonÌa del paisaje
y conservar la biodiversidad, el suelo fÈrtil y los acuÌferos
limpios, sin olvidar que la agricultura es el arte de producir alimentos
sanos.
LA
ALTERNATIVA: AGRICULTURA ECOL²GICA
La situaciÛn
actual, por difÌcil que parezca, no es irreversible. AsÌ,
ante los problemas que ha generado el modelo de agricultura industrializada
desde principios de siglo, se han desarrollado sistemas alternativos
de producciÛn de alimentos. La agricultura org·nica, biolÛgica,
biodin·mica, natural, permacultura, … han sido reunidas
actualmente bajo el nombre de Agricultura EcolÛgica, regulada
para garantizar su calidad.
Actualmente
cientos de miles de hect·reas se cultivan en todo el mundo seg™n
las tÈcnicas de la Agricultura EcolÛgica, mostrando que
frente a los modelos dominantes es posible producir alimentos sanos,
en cantidad y sin perjuicios ambientales.
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