El Sí-mismo y la individualidad
D.
La muerte, ¿no disuelve la individualidad de una persona, de manera que no puede haber renacimiento,
así como los ríos que se vierten en el océano pierden su individualidad?
M. Pero cuando las aguas se evaporan y regresan como lluvia sobre las colinas, fluyen una vez más en
forma de ríos y se vierten en el océano; también así las individualidades mientras duermen pierden su
condición separada y sin embargo regresan como individuos, de acuerdo con sus samskaras o tendencias
pasadas. También así es la muerte, y la individualidad de la persona con samskaras no se ha perdido.
D. ¿Cómo es eso posible?
M. Mira cómo vuelve a crecer un árbol al que le han cortado las ramas. En tanto que las raíces del árbol
se mantengan intactas, el árbol continuará creciendo. De la misma manera, los samskaras que sólo se
han hundido en el Corazón en el momento de la muerte, pero no por esa razón han perecido, ocasionan
en el momento adecuado el re-nacimiento; y de esa manera renacen los jivas.
D. ¿Cómo es posible que los innumerables jivas y el vasto universo cuya existencia es correlativa con
la de los jivas, hayan surgido de samskaras tan sutiles como los hundidos en el Corazón?
M. Así como el gran baniano brota de una semilla, los jivas y el universo todo, con nombre y forma,
brota de los sutiles samskaras.
D. ¿De qué manera emana la individualidad del Sí-mismo absoluto, y cómo se hace posible su retorno?
M. Así como una chispa procede del fuego, emana la individualidad del Sí-mismo absoluto.
La chispa es lo que se llama el ego. En el caso del ajñani (ignorante), el ego se identifica con algún
objeto en el instante en que éste emerge. No puede mantenerse sin esa asociación con los objetos.
Una asociación tal se debe a ajñana (ignorancia), cuya destrucción es el objetivo de nuestros esfuerzos.
Si se destruye esa tendencia a identificarse con los objetos, el ego se purifica y entonces se confunde
también con su Fuente. La falsa identificación con el propio cuerpo es dehatamabuddhi o la idea de
"yo soy el cuerpo". Esto debe desaparecer antes de que puedan obtenerse buenos resultados.
(...)
En los intervalos entre dos estados o entre dos pensamientos se tiene la experiencia del ego en su
pureza. El ego es como el gusano que sólo deja un punto de apoyo después de haberse afirmado en
otro. Su verdadera naturaleza se conoce cuando está fuera de contacto con objetos o pensamientos.
Debes llegar a entender este intervalo como la Realidad permanente e inmutable, tu verdadero Ser, ... .
I. p. 91-93