Q


10 años buscando personas afines, una reflexión.


Han pasado 10 años desde que escribí la visión y misión de Q.
Una idea que tomó cuerpo en el 2010 como lugar físico en Valdepuertas (Molinos, Teruel),
y como centro el 2011-2012 con la construcción de las infraestructuras básicas.

Q es hoy una realidad, un proyecto de vida que mucha gente admira;
una forma de vivir que indaga en Espiritualidad, Economía y Ética;
integra trabajo físico, intelectual y espiritual; tiempo colectivo e individual,
vida activa y vida contemplativa.
No obstante durante estos 10 años, apenas han aparecido personas que quieran hacer de Q
su realidad cotidiana. Muy pocas personas han venido con la intención de formar parte,
regresando a su circunstancia poco tiempo después, pero con más consciencia, fuerza y claridad.

Con la llegada de María Jesús (2009) Q cobra brillo y esperanza: - ¡Hay alguien!
¡Ya somos dos! ¡Tal vez haya más gente que busque vivir así y nos encontremos!

La fuerza de dos mujeres, hace nacer y pone en marcha Q.
Nuestras esperanzas no dudaron en que pronto seríamos más,
hasta formar una pequeña comunidad de "ermitaños".
Realmente, eso es lo que hemos querido siempre.
Un ser ermitaño dinámico, activo en la búsqueda de un vivir pleno.
"Ora, labora e convive" (espiritualidad, economía y ética).

María Jesús y yo, pasamos 7 años juntas aunque solas,
nadie apareció con similares inquietudes y la clara disposición de realizarlas.
Pasamos muchos obstáculos, muchas crisis, la fuerza espiritual de ambas fue lo que nos
permitió resistir y seguir adelante; un trabajo interno intenso que nos hizo crecer,
devenir conscientes de muchas cosas, cada una en su profundidad.

El tiempo revela que María Jesús había venido a dar luz al proyecto pero no a desarrollarlo,
que su intención profunda era retirarse en Q, una vez la comunidad estuviera en marcha.
Pero la comunidad no llega. Una nueva crisis pone en claro lo que necesita María Jesús,
y así es como en otoño del 2014 decide retirarse de la vida activa que requiere Q,
pasando a ser miembro fundador pasivo hasta finales de julio 2016,
donde deja el proyecto definitivamente;
que no es tanto un irse, sino un desligarse de toda responsabilidad.

Todo ello cierra un ciclo en Q y me sitúa sola al frente de un proyecto,
un lugar y una forma de vivir. Pero Q no es 1 persona haciéndolo todo.
Q
sólo puede tener pleno sentido con un mínimo de 3 personas,
el punto de inflexión hacia la comunidad.
¿Qué pasará con Q si no aparece más gente?
Obviamente no tiene sentido, si no aparecen el mínimo de personas,
entonces Q tendrá que saber morir.

Y 10 años son ya muchos … .

Hoy de nuevo siento la necesidad de reflexionar sobre lo que implica crear una comunidad
en relación a un proyecto de vida alternativa, asentado en la periferia del sistema actual.

Si me pregunto sobre el fin de una comunidad,
me sale decir que es el ayudarse mutuamente a tender hacia un fin y bien común.
Que "X" personas se pongan de acuerdo en algo y lo ejecuten es como un milagro,
cuando ocurre no falla, funciona. Ponerse de acuerdo puede ser relativamente fácil,
pero ejecutar esa idea es lo que diferencia los diversos tipos de implicación en un proyecto.
La idea en sí y el convivir diario pone a prueba a las personas implicadas.

Hay que tener espíritu comunitario para formar parte de una comunidad.
Tengo muy claro mi tendencia a la comunidad,
que para mi no es tanto el vivir y estar siempre juntos,
sino el unirse en fuerzas y capacidades para establecer un ‹‹estado de realidad››.
La comunidad crea cultura, y eso es lo que me impulsa a hacer Q,
algo que me da sentido y a la vez va más allá de mi.
Creo en el poder de la comunidad, porque 2 cabezas ven más que 1,
8 brazos pueden más que 4, ... ; y porque en la inevitable convivencia,
cada ego reconocido es una atadura menos en el proceso de liberación.

Sólo un reducido número de personas pueden querer y estar preparadas
para dar el salto hacia Q. Un giro que hace, diría hasta por instinto,
que uno "desocupe el orden", se retire del mundo y vida convencional.

No hay mucha gente que quiera prescindir de buena parte de las comodidades
del mundo actual, para vivir sencillamente en el monte.
Y es que en Q uno no será feliz si necesita oir la radio o ver la tele, comer carne,
pan, azúcar, leche, fritos, estar al día de tecnologías, 22º de temperatura ambiente
en invierno, un wáter normal de agua, nevera, congelador, etc.
Ciertas cosas del viejo paradigma ya no ocurren en Q,
y no es por renuncia sino por innecesidad.
Y no son tampoco leyes o normas, como algunos interpretan, son tendencias.
Tendencias que han logrado plasmar un estilo de vida, aquí y ahora,
de bastante mínimo impacto ambiental en comparación con el estilo convencional.
Sin el coincidir con esas tendencias, la pretendida comunidad no será posible.
De la misma manera que si uno no tiene tendencia o vocación ascética,
no aguantará la soledad y el silencio que contiene el valle.

Q está a medio camino entre el vivir a pelo en una cueva y vivir en una casa con todo el confort;
ni es tan extremo en austeridad ni es tan extremo en comodidades, que no son más que mediaciones
tecnológicas. Hay quien nos tiene por radicales, cuando en verdad somos un ejemplo de vida posible
entre ambos extremos. Y ese ha sido uno de los principales obstáculos del proyecto,
la rara conjunción de ingredientes que integra.

Encontrar gente que sepa disfrutar tanto trabajando con la azada en el huerto,
como esbozando una síntesis de un sistema filosófico en el ordenador,
limpiando un váter seco o arreglando el tejado con mortero,
como recitando mantras o meditando a cielo abierto sobre una loma, etc.
Esa polivalencia suele ser rara entre las personas, implica integrar los 5 elementos.

En definitiva, Q reúne muchos aspectos remotos o difíciles de encontrar hoy en día entre
la gente, siendo casi un milagro si se consolida. Q es para una minoría, soy consciente de ello.

Hay días que oscilo, surgen las dudas, que no son más que miedos;
pues no se concebió Q para ser líder de un proyecto, ni para ejecutarlo sola.
No me interesa el liderazgo, sí la co-dirección y co-organización.

Hay días que siento la clara evidencia de estar haciendo lo mejor que puedo hacer hoy,
en este mundo. Realmente, en estos últimos 12 años, no he encontrado nada más íntegro,
coherente y libre que Q.

Algo me dice que siga adelante día a día.
El destino dirá si aparecen las personas afines para desarrollar Q en su plenitud.

Y mientras, el tiempo pasa.
Hoy aprehendo que vivir es estar presente.

Gracias por escuchar y hacer llegar esta historia a quien pueda conocer
o estar en contacto con posibles personas afines al proyecto.

Neus

Q
Centro de Experimentación

Molinos (Maestrazgo, Teruel)
www.qcentro.org
Tel. 634320010


Cómo formar parte del proyecto